miércoles, 19 de agosto de 2009

coneh dushet, vuelta a casa

Todo tiene un final, y a mi aventura también le ha llegado su hora. Ya no os escribo desde el jardín de la casa de voluntarios de Mabeseneh con el ruido de los grillos, sapos y demás fauna nocturna. Ahora os escribo desde mi ordenador de Zaragoza, con un wifi perfecto y sin ningún bicho acechando.
Tengo muchas cosas que contar, pues esta es mi despedida del blog, además de que hace ya una semana que el wifi decidió dejar de funcionar en el hospital de Saint John of God y las historias siempre se van acumulando.
Mis últimos días han sido intensos, tanto por el sentimiento de que las cosas se acababan como por querer aprovechar los últimos momentos. Apurando hasta que apagaban la luz en el hospital y levantándonos cuando aún no la habían dado, hemos pasado los últimos días, digo hemos, porque me he vuelto con Rosa, la residente que después de esto le podrían nombrar ya pediatra por todas las experiencias acumuladas. Para terminar estos pocos días que quedaban estuve en consultas con Manuel, aunque algún día me escapé a quirófano a echar una mano y aprender un poquillo. La noche de este último domingo fue de locura en quirófano. Dos partos de gemelos, los dos complicados. El primero había ya nacido uno de los niños hacia 5 horas y el otro niño no salía, ya estaba muerto, pero la madre no paraba de sangrar. Así que el Dr. John, el cirujano, gracias a una cesárea, saco al niño. Pero, oh! La mamá necesitaba sangre porque había perdido mucha en el parto. Cuando esto ocurre, la primera opción es recurrir a la familia para que done sangre, ya que si no la opción b es comprarla a unos precios muy altos para la economía local (en Africa los únicos que donamos gratis somos los opotos) La primera, y lógica opción sería el papa de los niños no? Pues el papa, es que tenía 18 años, y claro, decían las enfermeras, es muy jovencito para donar. Muy jovencito para donar, pero no para tener hijos??? Hay que joderse!
La sangre ha sido uno de los grandes caballos de batalla de todos los voluntarios, pero especialmente de las pediatras. Es difícil conseguir que un papa o una mama done sangre para su hijo. Algo que nos resulta inconcebible en España, en el que la madre se cortaría el brazo si le hiciera falta al hijo. Aquí en África escuchas todo tipo de excusas peregrinas para evitar pasar por la aguja. Aquí la sangre es vida, y la vida se pierde con demasiada facilidad, sin embargo los hijos suelen ser hasta demasiados, sobre todo para los papas, que tienen más de una mujer.
El otro objeto de las más grandes frustraciones durante mi estancia ha sido el oxígeno. El oxígeno sólo estaba disponible en las horas de luz, que son de 9 a 15h y de 19h a 2am. Cuando la luz se apagaba, se apagaba al mismo tiempo la máquina de oxígeno a la que estaban conectados esos niños. En ese mismo momento, y viendo las condiciones del niño las pediatras podían imaginarse el futuro del pikin que les miraba con los ojos fijos, la nariz aleteando y la boca abierta, intentando captar el oxigeno que la máquina ya les negaba. Muchas veces te sorprendían con su fortaleza, y los niños aguantaban hasta que volvía a haber luz, y podían descansar un poco del gran esfuerzo respiratorio. Pero otras, los pickines ya se habían cansado de aguantar, a pesar de los esfuerzos de las pediatras, que luchaban con todos, pero escasos medios que tenían. Era entonces cuando veías llorar de rabia e impotencia a Rosa, a Roser, a Laura y decían “este niño en España nunca se hubiera muerto”

Hoy, ya no sé qué niño es el que está en el office de urgencia, por el que Roser seguramente se habrá quedado sin cenar con el corazón encogido, pensando en que pasará cuando se vaya el oxígeno.
No sé cómo describir con que sensación me he quedado después del viaje, todavía estoy asimilando todo. Sólo sé que no puedo parar de pensar en los niños que se han quedado allí, en Martha, en Mohamed, en Isatu, en Bendu, en Aiwa, en Ibrahim…. y me pregunto si los volveré a ver algún día. Son niños que están luchando contra la falta de oportunidades que por nacimiento les ha tocado, con una sonrisa. Poder ver a Martha, con un brazo bajo amenaza de amputación por una infección osea tremenda, cuidando de Aiwa por que no puede comer porque tiene toda la boca ulcerada, o a Mohamed, que casi todos los días está solo porque sus padres trabajan, ayudándome a prepararle un batido a esta misma niña, o a Ibrahim, un malnutrido que comparte los pasteles que le traemos con el resto de sus compañeros de habitación, son cosas que no se me van a olvidar.
Tampoco se me olvida el egoísmo que he encontrado en otra gente, la sensación de querer exprimir al opoto hasta su último centavo, el pensamiento machista junto con la muda aceptación de las mujeres del papel secundario que les toca vivir, la incredulidad al ver la celebración de todo un pueblo por la ablación de un grupo de niñas…. Son cosas que tampoco quiero olvidar.
Así que con mis reflexiones nocturnas me despido, no sin antes pediros, a todos los que habéis seguido mis aventuras por sierra Leona, que por favor miréis esta página web: http://www.apadrinauntractament.org/index_es.html
Es sobre el programa APADRINA, creado a partir de la visita de uno de los pediatras voluntarios al hospital de Mabeseneh.
Gracias a la creación del programa de apadrina, los tratamientos y la estancia de los niños en el hospital de Mabeseneh es gratuita. Por unos 20 euros, se paga el tratamiento a uno de estos niños.
Es una pequeña aportación, y ni con eso, ni con lo que yo he hecho se va a cambiar el mundo, pero tal vez sea un poquito mejor, PARA TODOS.

2 comentarios:

  1. La verdad es que todo lo que escribes en este ya terminado diario de Sierra Leona me conmueve, no solo porque yo tambien he podido vivir esta fascinante -aunque a veces frustrante, como bien dices- experiencia africana, sino porque me parece que con estas lineas abres los ojos a toda la gente que no ha tenido la oportunidad de ver esa realidad, tan diferente a la que estamos acostumbrados...y es muy importante que la gente sea consciente de que en ciertas partes del mundo mueren al dia muchisimos ninos de hambre, de malaria, SIDA...y que con nuestra ayuda se pueden evitar muchas de ellas...lo que pasa es que una vez asentados en nuestro mundo rebosante de comodidades, comida, ropa, dinero, pero falto de humanidad resulta dificil acordarse de que en otras partes del mundo la gente lucha por un plato de arroz, por mantener viva una parte de su cuerpo o por tener acceso a una educaciOn...
    A mi al llegar a Espana me frustraba oir a la gente hablar de la GRIPE A...todos preocupados por conseguir una dichosa vacuna o el tamiflu, y para justificar su miedo (infundido sin duda alguna por los medios de comunicacion)te hablan de las 14 victimas que ha habido en muchos meses en nuestro pais...Y yo les digo...no os resulta mas angustioso y preocupante que en Sierra Leona mueran casi 300 ninos por cada 1000 al ano??POrque no hablar de buscar un remedio contra el hambre y contra la malaria en los paises de Africa??
    Yo tambien pienso mucho en todos los ninos del hospital que siguen alli, luchando por su vida, y que a pesar de todo no dejaban nunca de ofrecerte la mejor de sus sonrisas...Marta, Abu, Mohammed, Shekuba, la pequena Isatu...todos ellos estaran siempre en nuestros corazones...
    Espero volver a verlos algun dia:)
    Muchas gracias (MOMO BOCU!!)por haber podido compartir contigo esta gran experiencia!Y enhorabuena por este fantastico diario...volvere a leerlo cada vez tenga nostalgia de Sierra Leona!
    Ah...no se si conoces al escritor Henning Mankell, pero en su pagina web tambien cuenta sus experiencias en Africa (Mozambique) y creo que te gustara.
    www.henningmankell.com
    UN besito y suerte con farma!

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  2. Hola, soy Carla una estudiante de 17 años de segundo de bachillerato.
    Acabo de descubrir tu blog y me he quedado maravillada. Soy una chica de Barcelona y como ya sabrás me obligan ha hacer un Trabajo de Investigación antes de acabar el bachiller y yo misma decidí hacerlo sobre Sierra Leona.
    Tenía planeado un viaje con mi primo a este maravilloso país pero las cosas se complicaron y no puedo viajar. He encontrado un libro que un marinero ingles escrivió hace 200 años explicando con detalle todas sus impresiones de Sierra Leona y había decidido compararlo con mi propia visión, pero como no puedo hacer el viaje, estoy buscando la manera de comparar la Sierra Leona de antes con lade ahora.
    He buscado ONG's y asociaciones pero no encuentro ninguna que me facilite información o que ponga a disposición del público lo que hacen allí y que muestran.

    La verdad es que si pudieras ponerte en contacto conmigo me harías un grandísimo favor, a parte de que me encantaría saber más de tu viaje, estoy enamorada de África y aún no he podido sentirla de cerca, asi que cualquier relato sobre ella me fascina.
    Te dejo mi email por si pudieras y quisieras ponerte en contacto conmigo ( si fuese antes de enero sería perfecto porqué debo entregarlo el 12 de enero) y si no puedes por lo que sea, no pasa nada, graciaspor pubicar aquí tambien parte de tu viaje.

    crlaalove@gmail.com

    Gracias de nuevo y que todo vaya tan bien como hasta ahora, un beso,

    carla.

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